sábado, marzo 10
COMO CRUZAR EL DESIERTO DEL SAHARA CON UNA CUCHARILLA Y UN CENICERO, BY EL SIDI CAMPEADOR Y DR TITO
COMO CRUZAR EL DESIERTO DEL SAHARA CON UNA CUCHARILLA Y UN CENICERO, BY EL SIDI CAMPEADOR Y DR TITO.
Comenzo la base de esta historia en Madrid, hace unos 10 anos.
Estando en mi casa con unos amigos, se me ocurrio preguntar a cada uno una palabra, siendo estas “cucharilla” y “cenicero”, seguramente lo que habia mas a mano en la mesa que teniamos delante.
Con estas palabras decidio escribir una historia larga, que comence entonces.
Fui cambiando cosas con el tiempo hasta hace un par de anos, cuando la grabe por ahi con Dr Tito. De esta ultima version, mezclada con mas relleno de cosecha propia, empieza esta coproduccion asi llamada
Como cruzar el desierto del sahara con una cucharilla y un cenicero
Con las aventuras que en la misma se relatan a partir de esta magnifica historia que dice asi:
En una pequena aldea al este del oeste vivia una familia humilde, el padre, la madre y sus dos hijos.
No habia muchas tareas para hacer mas que las tipicas que el campo mismo necesita, asi que la vida ademas de dura era aburrida en los momentos de descanso.
El padre solia salir al bosque a buscar tareas. A veces pescaba, a veces cortaba la lena…
Un dia, se llevo a su hijo Manolo con el para que este aprendiera a cortar la lena para el invierno.
“Vamos que tu puedes” decia el padre…”no puedo papa, no puedo” era lo que decia el hijo.
Y el le respondia: “Hijo tienes que intentarlo asi: coge el hacha con mas suavidad, tienes que darle mas fuerte…”
Sabemos que no tenia mucha experiencia. Cada vez que intentaba manejar el hacha, su padre siempre le decia: “Hijo tienes que intentar fabricar mejor las paredes de palo, porque de ello vivimos y de eso es la casa en la que estamos.”
Un buen dia el hijo se canso cabreado de si mismo y fue a una montana con un cenicero, una cuchara de palo, y un yogur. Siempre se pasaba el dia comiendo yogures antes, durante, y despues de comer y cenar.
“Desde entonces me llaman el Yogu. Me gusta ese nombre.” Decia este.
“Los habitantes del pueblo se creen que estoy loco. No los culpo, les doy de que hablar cuando estan aburridos. Dicen que la novedad siempre es primicia en este pueblo.”
“Un dia llego un senor anciano desde la ciudad. No recuerdo bien que ciudad, porque aqui en el pueblo no sabemos mucho de esas cosas la verdad, la ciudad es algo que queda muy lejos y sinceramente no nos gusta mucho.
La gente de ciudad suele ser bastante rara pero me han ofrecido bastante dinerillo, y yo creo que puede ser una buena opcion.”
“No se me han ofrecido cruzar el desierto del Sahara yo solo, y a cambia me harian rico, pero yo no se si seria capaz, yo creo que podria hacerlo. Les voy a proponer cruzar el desierto del sahara solo con la cucharilla y el cenicero, a ver si me dan mas cuartos aun.”
Asi pues se decidio a cruzar el desierto con una cucharilla, y un cenicero, pero sin su yogur, porque ya sabemos que el yogur en el desierto no puede aguantar.
Sin embargo el accedio a la apuesta. Se dijo a si mismo: de acuerdo.
Por que no? Voy a a hacerlo. En el pueblo no se hablaba de otra cosa por meses y meses:
“Ese Yogu, ese Yogu esta chalao eh? dice que se quiere ir al desierto. Pero esta loco;…que dice ese hombre. Ese hombre no esta en sus cabales.” Decia Pancracio.
“Como se va a ir al desierto con una cucharilla y un cenicero?” decia Teodoro.
“Yo pienso que como siguan asi las cosas…al final se va a volver loco.” Dijo Mustio.
“Esta loco, no va a poder aguantar pero si hace mucho calor en el desierto.” Dijo Juan, el de la panaderia.
“Pero tendra que llevar agua por lo menos no?” dijo Jose, el zapatero.
“Si, si vosotros reiros, pero cuando vuelva al pueblo, volvere siendo rico y vosotros no sereis mas que unos charlatanes.” Penso para si Yogu.
Asi que Yogu camino largo y tendido desde su pueblo hasta el desierto.
Por el camino le saludaban afablemente todos los paisanos de tanto pueblo cruzaba, preguntandole donde iba por los caminos de dios. Este respondia que estaba batiendo una apuesta, que se iba el solo a cruzar el desierto del Sahara.
De tanto en cuanto, preguntaba a algun transeunte si sabia el mejor atajo para llegar alli, pero la mayoria eran gente de pueblo como el y, si los sacabas de sus rutas, tambien tenian que preguntar.
Camino, y camino, y mientras tanto, amigos encontro por doquier.
Le ofrecian comida, vino de la casa…y incluso algun que otro yogur de vez en cuando, ante lo cual Yogu respondia agradecido.
Finalmente, llegando al sur del sur del sur preguntando a alguien como llegar al Sahara, un tipo que estaba sentado debajo de un olivo con un botijo hablo con el.
El tipo se levanto y agarro la hoz, pensando que Yogu era un forastero que iba a robarle de la huerta. Yogu le aclaro la situacion y hablaron largo y tendido.
Hablaron sobre como cada uno cuidaba a las ovejas en su pueblo, como cortaban la lena en el sur y en el norte…y finalmente intimaron un poco.
El paisano del sur era bastante religioso y tenia una hoz en la mano, con la cual trabajaba normalmente el campo, exceptuando los dias en los que se sentaba a la bartola debajo de un olivo a rascarse el ombligo. Este era uno de esos dias. No obstante, llevaba la hoz consigo.
“Pues si, hombre de dios, dicen que estos dias unos viven, y unos mueren, uno nunca sabe que va a pasar despues por que a fin de cuentas, quien esta en la gracia de dios?” Le decia el paisano mientras se arrascaba los cataplines con la hoz, que estaba tan afilada, que el reflejo del sol en ella cegaba a Yogu.
Cada vez que el otro abria la boca y reia, (pues veiase que era este medio tarado y reia solo) y se le veia el hueco en la boca de dos dientes que le faltaban, le parecia a Yogu que estaba haciendose de noche, y empezaba este a bostezar, a lo que el otro le dijo:
“Por que no se tira un ratito a la bartola aqui debajo de este olivo como hago yo? Se esta muy bien ahi eh?”
“NO. No, gracias. “ Respondio Yogu.
“Tengo que encontrar el desierto del Sahara. He hecho una apuesta sabe?”
“Yo las unicas apuestas que conozco son las de sol.” Dijo el paisano.
“Pero si se por donde tiene que ir al Sahara desde aqui. Mi hijo fue alli una vez. Pero tendra usted que cruzar el mar. Tiene barca o algo?”
“No, pero ya me las ingeniare.” Dijo Yogu, y siguio las indicaciones del hombre de la hoz hasta el mar.
Una vez alli tuvo que ingeniarselas para cruzar hasta Africa. Y penso, penso, y penso…pero nada venia a su mente.
Finalmente, despues de varias horas mirando al horizonte y sonando con conseguir un yogur, penso:
“Un momento, yo se utilizar el hacha, todo lo que tengo que hacer es pedir un hacha a un paisano de por aqui y hacer una balsa.”
Y dicho y hecho, corto por aqui y corto por alla, y una balsa fabrico. Tan bonita era esta, que mientras la construia, los paisanos del pueblo miraban asombrados al forastero carpintero y, para cuando estaba carpintero, toda la poblacion de los siete pueblos de alrededor (alguno llegaba a tener hasta 700 habitantes!) estaban delante de el viendo el acontecimiento.
“Me vendes la balsa?” Dijo uno finalmente.
“No. No la he hecho para venderla.” Dijo Yogu.
“Tengo que llegar al Sahara para cumplir una apuesta. Soy hombre de campo, no de mar, pero de alguna manera me las apanare para llegar hasta ahi.”
Finalmente llego a un acuerdo con varios paisanos de los pueblos de alrededor que lo acompanaron y ayudaron a navegar con la balsa hasta su destino, a cambio de quedarse estos con la balsa, ya que una vez alli, este no la necesitaria mas.
Una vez arrivados en Africa, se despidieron y Yogu siguio su travesia hasta el desierto. Aun le quedaban muchos kilometros. Y ando, ando, y ando…hasta que despues de una larga travesia, llego finalmente al desierto.
Era un desierto muy conocido para los paisanos africanos, porque nadie poblaba alli. Ni siquiera existia ningun tipo de vida. O eso parecia.
“Que sitio mas aburrido!” Dijo Yogu.
“La verdad es que hace un calor espantoso.
No se deberia de buscar algo de liquido, agua…”
En esos instantes, Yogu no sabia que su suerte se estaba acabando.
“No se es bastante dificil” dijo Yogu
“Oh santo cielo, un leon. Pero en el desierto no hay leones.(empezaba a ver visions) . Madre mia que es eso? Agua, una palmera, una isla, he encontrado una isla en medio del desierto esto es incredible tengo que ir a beber, tengo mucha sed voy a ir a beber…caramba si aqui no hay nada! Jolin aqui no hay nada me estoy muriendo de sed .”
“Una piedra! Voy a intentar sacarle agua a la piedra. Es bastante dificil, pero …no tengo otra cosa. Sacarle agua a un grano de arena es mas dificil que sacarle agua a una piedra. Vamos a intentarlo.Quizas si la golpeo con la cucharilla…”
Yogu era un retrasado mental. Era una persona bastante corta. Un metro quince…
Imaginaros, cruzar el desierto con solamente una cucharilla y un cenicero era una autentica locura. Pero aun asi el seguia intentandolo.
Una noche Yogu tuvo una serie de apariciones muy extranas. Mogollon de imagenes se le empezaron a aparecer diciendole:
“Yogu, por que no intentas debajo de la Tierra? Debajo de la tierra…”
“Yogu,. Eres un completo gilipollas…mira debajo de la tierra, sigue el camino que te digo, capullo…No vas a poder hacer nada, paleto…La virgen del remedio sabe lo que te dice…eres un paleto…mira debajo de la tierra…”
“Que dolor de cabeza, que son todas esas voces? No entiendo nada…” penso Yogu.
En ese preciso instante, Yogu siguio su camino.
“Algo me dice bajo la tierra. Algo me dice bajo la tierra. Y si probara a escarbar? Quizas debajo de todo este monton de arena…Voy a intentarlo. Vamos a intentar empezar a levantar arena con la cucharilla. El problema es que sale muy poca. Eh con el cenicero puedo sacar mas!”
Y las voces volvieron de Nuevo.
“Retrasado, que eres un retrasado…Pero que cono vas a sacar moviendo la arena? Idiota, te vas a morir aqui pringao que eres un pringao! “
“La verdad es que no puedo sacar nada!” decia sollozando Yogu.
“Me estoy empezando a morir de sed, esto es agobiante…que calor hace en este desierto.”
En ese momento, para su fortuna, encontro un lago lleno de patos y de patas.
“Oh, un lago lleno de patos y de patas. Que de patos. Las patas de los patos estan mojadas…Yo creo que podria nadar ahi…ahi debe de haber agua fresca. No se si sera potable…”
Las voces surgieron de Nuevo.
“Idiota, tonto…cara cazo…que no es agua subnormal, y sigues ahi escarbando debajo de la tierra…ese toli… mira debajo de la tierra… “
“Por que me siguen esas voces a todas partes?” Se decia Yogu.
“Yo no se si es un oasis en realidad, sera una aparicion de la virgen diciendome que tengo que escarbar mas todavia? Llevo kilometros y kilometros andando y no he encontrado nada mas que un oasis.”
La gente del pueblo no se acordaba ya de Yogu. Pero Yogu siguio su camino.
En medio del camino vio un cactus mientras un camello solo parecia venir desde lo lejos.
“Mmh.” Se dijo.
“Los camellos son animales locales. Si hablara le podria preguntar el camino hacia el otro lado del desierto, pero eso va a ser un poco dificil. No obstante, podria intentar seguirle, el seguro que va en esa direccion…”
Aproximose Yogu sigilosamente por un lado para seguirle, cuando este se dio cuenta y no parecio gustarle la compania del hombrecillo con boina y le dio tal coz, que lo largo de cabeza al cactus.
El camello siguio su camino, pero Yogu se paso los siguientes tres dias quitandose pinchos del cuerpo.
Unos tuaregs le ofrecieron algo para beber, pero para cuando se quiso dar cuenta, no eran mas que otro oasis.
Pasaron varios dias y noches y Yogu ya estaba cansado y deliraba.
Finalmente Yogu termino de cruzar el desierto y llego a la ciudad.
“Oh la ciudad, que increible…hay luces por todos los lados…”
Lo consiguio y se hizo rico. Luego regreso a su pueblo a ensenar sus fortunas.
La familia de Yogu estaba orgullosa de este.
La gente del pueblo le preguntaba cosas a Yogu:
“Oye Yogu, que tal por alli como te ha ido? Dime cuentanos de tu experiencia.” Dijo uno.
“Oye Yogu te puedo hacer una pregunta por favour Yogu? Como un retrasado mental como tu ha podido atravesar el desierto? Porque yo no me lo explico macho.” Decia otro.
“Yogu, Yogu, no te ha pasado nada con la cucharilla? Se te ha roto o algo?” decia otro.
“Pero no… no he tenido problema alguno. El problema es que en el desierto hace mucho calor, pero entonces me las he ingeniado, he empezado a oir voces y las voces me decian cosas…yo creo que era una aparicion de la virgen sahariana o algo.” Les respondio Yogu.
Las voces surgieron de Nuevo:
“Pringao, tonto, tonto…que es una quedada idiota…estas de la olla…mira debajo de la tierra…”
Y asi es como Yogu escribio un libro dentro del manicomio principal de la penitenciaria de Valladolid.
“Este sitio es bastante lujoso no? Que interesante mira esas candelas…” decease Yogu.
“Perdone, senor Yogu, acuestese ya, ya esta bien. Ya es muy tarde, y ya hemos apagado todas las luces. Ya esta bien.” Dijo el celador.
“Pero por que? Espere espere quiero comerme un yogur antes de dormir, lo necesito para hacer la digestion…” dijo Yogu.
“Si, manana, manana…”
“Pero usted no me conoce yo he cruzado el desierto del sahara con una cucharilla y un cenicero y usted me esta diciendo de dormir?” Yogu estaba sorprendido.
Las voces volvieron de nuevo:
“Tonto tonto…Yogu Yogu hay una cosa que te quiero decir que es muy importante. Mira debajo de la tierra. Yogu tonto tontol...toli…toli,..que eres un toli…”
“Que son esas extranas voces? Me dicen que mire debajo de la tierra, voy a levantar los baldosines a ver.”
Entonces se encontro un tesoro debajo de los baldosines.
“En ese momento encontre un tesoro esto lo tengo que apuntar en mi libro.” Dijo Yogu.
“Voy a escribir un libro, nadie se lo va a creer, como se lo voy a explicar a la gente?
Pri,mero un hombre de ciudad me dice que si cruzo el desierto del sahara con una cucharilla y un cenicero. Lo consigo, soy rico. Me llevan a un manicomio, y en el manicomio abro debajo de un baldosin y encuentro un tesoro. Esto es increible.”
Y entonces las voces volvieron de nuvo:
“Tnto la polla que te lo estas inventando todo…mira debajo de la tierra tonto…pringao pringao…toli…toli…”
Pero para su suerte, escucho la voz de la conciencia.
“Hola soy la voz de tu conciencia quiero decirte que estas completamente loco, que es completamente anormal lo que te esta sucediendo, pero tranquilo que estas en un psiquiatrico.
Vuelve a la cama joder acuestate que te pinchen otra vez en el brazo de la vena gorda, jodete y que te quedes ahi sedado delirando porque eres un completo flipado, eres un loco, y tu no vas a tener exito en la vida y tu libro ese del yogur de los cojones no te va a servir de nada.”
Las voces volvieron de Nuevo…
“Bueno su problema es bastante sencillo, usted es un retrasado mental, no hay problema alguno, es solucionable como todo en esta vida menos la muerte con lo cual le vamos a recetar unas pastillas verdad? Mira debajo de la tierra. Toli, toli…”
Hay una cosa que la gente desconocia de Yogu, y es que era mas listo de lo que parecia.
“Usted me necesita ja ja usted me necesita jaja” reia desconsolado ante tal vil situacion.
“Pero yo no estoy loco primero cruzo el desierto del sahara, me hago millonario, despues me ingresan en un centro psiquiatrico, sigo con mi cucharilla y mi cenicero, no me he podido comer el yogur, me hacen acostarme, me encuentro un tesoro debajo de los baldosines, y ahora un hombre me dice que soy un retrasado mental.”
“Creo que estoy empezando a volverme loco, puede alguien explicarme?”
Entonces es cuando Yogu empezaba a creer que oia voces.
Tonto toli,…ja ja ja toli tonto mira debajo de la tierra…
Pero ahi no acabo la historia, porque Yogu logro escaparse del manicomio, saltando por la ventana, pero para su desgracia se rompio las dos piernas y ahora anda en una silla de ruedas.
“Ya estoy fuera lo he conseguido!”
“Hombre, Yogu, que pasa tronco?” le dijo uno.
Jajajajjaja
“Toli…” empezo a oir las voces de Nuevo…
Pero Yogu no tenia tan mala suerte como parecia, que va que va…yo leo a Kirkegard.
Yogu camino con su silla de ruedas y fue a visitar la tumba de su abuelo Federico Nalgascortas.
“Vamos a ver que hay debajo de la tumba del abuelo. Quizas si miro lo que hay debajo…”
Y entonces la voz del abuelo surgio de la tumba.
“Tonto, tonto…No! Tonto, no, IMBECIL! Pero como cono pensaste que ibas a cruzar el desierto con una cucharilla de madera y un yogur idiota. Mira debajo de la tierra.”
La historia empezaba a finalizar.
“No he encontrado nada debajo de la tumba del abuelo. Seguire buscando mas adelante.”
Algo le ocurrio en ese momento a Yogu.
“Me estoy empezando a encontrar mal.” El queria volver de Nuevo al psiquiatrico.
“Por favor, podrian dejarme entrar?”
“ No que estas loco. Que vas a hacer aqui, idiota?” Le respondian.
“Toli, prohibida la entrada a los retrasados mentales. Tonto…Los retrasados mentales no saben ni que una y una son tres…”
“Pero por favor dejarme entrar, yo lo unico que quiero es volver a pasar esos grandes momentos que pase con vosotros en este centro. Es un gran centro. El unico problema es…yo he sido capaz de cruzar el desierto del sahara con una cucharilla y un cenicero y uds me estan tomando de loco.
He encontrado un tesoro debajo de los baldosines. Nadie lo habia encontrado tiempo antes…”
“Despierta Yogu, anda, que te vaes a caer debajo de la cama.” Dijo el narrador, antes de despedirse.
FIN.
Dedicada a Dr Tinto, con los retoques que hubieran sido buscados por el autor ante tan arduo trabajo de ambos, siempre respetando el original con el maximo tacto, del sidi campeador.
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